Talibanes ‘toman’ otra ciudad en Afganistán; miran hacia Mazar-i-Sharif

Mazar-i-Sharif. Los talibanes se apoderaron este lunes de Aibak, sexta capital provincial de Afganistán en caer en sus manos y ahora tienen como objetivo Mazar-i-Sharif, la mayor ciudad de esta parte del país.

“Los talibanes capturaron la ciudad de Aibak y la controlan por completo”, declaró a la Afp Sefatullah Samangani, gobernador adjunto de la provincia de Samangan (norte), de la que Aibak es capital.

Según esta fuente, el gobernador accedió a una petición de personas notables de la ciudad para retirar sus fuerzas y evitar que los habitantes se vieran impactados por los combates.

Un portavoz talibán confirmó la toma de la ciudad.

Con Aibak, los insurgentes ya controlan cinco capitales provinciales en el norte de Afganistán, entre ellas Kunduz, un punto estratégico entre Kabul y Tayikistán, que fue tomado el domingo tras semanas de asedio.

También tomaron Zaranj, capital de la provincia de Nimroz, en el suroeste.

Afganistán: insurgentes talibanes capturaron tres capitales de provincia en un día

Miles de personas huyeron del norte, y muchos llegaron a Kabul el lunes, tras un viaje agotador de diez horas en vehículo, durante el cual tuvieron que cruzar muchos puestos de control de los talibanes.

“Ellos golpean y saquean”, declaró Rahima, que acampa ahora con centenares de personas en un parque de la capital tras haber huido de la provincia de Sheberghan.

“Si hay una joven o una viuda en una familia, las toman por la fuerza. Huimos para proteger nuestro honor”, agregó.

El lunes, los insurgentes aseguraron que avanzaban hacia Mazar-i-Sharif, la mayor ciudad en el norte y clave para el control gubernamental de la zona, y que habían penetrado en su interior, hecho desmentido por autoridades y residentes contactados por Afp.

El dirigente local Atta Mohammad Noor abogó por luchar hasta el final, prometiendo resistir “hasta la última gota de sangre”.

El domingo había caído Kunduz, la segunda ciudad del norte, con 300 mil habitantes, que ya fue conquistada en 2015 y 2016 por los insurgentes.

La toma de Kunduz constituye el principal éxito militar de los talibanes desde el inicio, en mayo, de la ofensiva que lanzaron tras la retirada de las tropas internacionales, que debe estar concluida para el 31 de agosto.

“El enemigo se dirige hacia Mazar-i-Sharif, pero felizmente los cinturones de seguridad (que rodean la ciudad) son sólidos y el enemigo fue rechazado”, afirmó Mirwais Stanikzai, portavoz del ministerio del Interior, en un mensaje a la prensa.

Eje neurálgico

A fines de junio, los talibanes conquistaron el paso fronterizo de Shir Khan Bandar, al sur de Tayikistán, un eje neurálgico para las relaciones económicas con Asia Central.

El ministerio de Defensa aseguró que las tropas gubernamentales tratan de recuperar el control de zonas clave de Kunduz. “Los comandos lanzaron una operación de limpieza”, aseguró una fuente del ministerio.

“La recuperación de Kunduz es realmente importante ya que va a liberar a gran número de combatientes talibanes que podrían ser movilizados a otras partes del norte” del país, declaró a la Afp Ibraheem Thurial Bahiss, un consultor del International Crisis Group (ICG).

El sábado, los talibanes tomaron el control de Sibargan, más al norte de Sar-e-Pul, el feudo del célebre jefe de guerra Abdul Rashid Dostom.

Mirwais Stanikzai, portavoz del ministerio del Interior, aseguró que se enviaron refuerzos a Sar-e-Pul y Sibargan.

Rapidez del avance

La incapacidad de las autoridades en Kabul de mantener el control en el norte podría ser fatídico para las posibilidades de supervivencia del gobierno.

El norte de Afganistán siempre ha sido considerado como un lugar de oposición a los talibanes. Fue ahí donde encontraron la mayor resistencia cuando accedieron al poder en los años 1990.

Los talibanes gobernaron entre 1996 y 2001, imponiendo su versión ultraortodoxa de la ley islámica, antes de ser expulsados por la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

Los talibanes redoblaron su avance en gran parte de Afganistán, al capturar una serie de capitales provinciales en un ofensiva implacable mientras las fuerzas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) terminan de retirarse de la nación devastada por la guerra.