La Artillería de México, un arma siempre vigente

La artillería es el arma del apoyo por el fuego, su misión es apoyar a la infantería y caballería en sus misiones específicas, al emplear barreras de fuego, ataques de destrucción, batimientos de zona. Su empleo es de suma importancia, tanto en funciones defensivas como ofensivas.

En ese sentido, la artillería en las Fuerzas Armadas de México se encuentra siempre lista a responder, aun cuando es una herramienta muy propia de escenarios bélicos de primer nivel y lo más parecido que se vive en México es la guerra contra los grupos armados del narcotráfico y el crimen organizado y no se ha llevado a esos escenarios.

El uso de la artillería como arma de campaña en la guerra contra el narcotráfico es prácticamente inexistente. Como guerra irregular librada en zonas urbanas, rancherías, carreteras y, ocasionalmente, en grandes ciudades, el choque entre militares y narcotraficantes no ha requerido del despliegue y operación de obuses y mucho menos de cañones de alto calibre. Sucede todo lo contrario con los blindados ligeros, cuya compra y utilización, para enfrentar en operaciones especiales a civiles fuertemente armados, ha sido creciente y cada vez más sofisticada por parte de las Fuerzas Armadas mexicanas.

Arsenal

El Ejército y la Marina de México mantiene en su arsenal la mayoría de lo que se considera en este rubro: obuses, sistema de lanzacohetes múltiples y morteros mayores de 120 mm, remolcados y autopropulsados.

Aparte de mantener arsenales tanto de importación como de fabricación local en su activa Industria Militar, a pesar de la austeridad impuesta por la administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en los últimos cuatro años de su sexenio.

Por ejemplo, México fabrica un tipo de mortero pesado de 120mm y maneja en sus arsenales otros de menor calibre, como el M1 estadounidense de 101,6 mm o el M40A1, también estadounidense y de 105 mm.

Por otro lado, también mantiene, como parte de la artillería remolcada, el obús M101 Howitzer, estadounidense, de 105mm; además del obús italiano Oto Melara M-56, también de 105 mm, y el obús chino M90, también de 105 mm. En artillería autopropulsada, México opera los DN-V Búfalo, de fabricación nacional y de 77 mm.

Mientras que, en artillería antitanque, el Ejército mexicano maneja el misil europeo Milan, de 2.000 mm, con hasta ocho puestos de tiro misilístico, y el RPG 29 ruso, de 1.200 mm. Por su parte, la Armada de México opera el misil antitanque checo RPG 75, de 1.000 mm.

El último detalle sobre artillería se tuvo en el sexenio presidencial anterior, donde se daba cuenta de arsenal de artillería, con origen en México, Estados Unidos, Francia, China, Bélgica, Israel y Sudáfrica, con el siguiente nivel de detalle: 101 obuses, 2.130 morteros, 102 cañones sin retroceso, 1.180 lanzacohetes, 3.917 ametralladoras, 893 ametralladoras lanzagranadas y 8 puestos de morteros Milan de 103 mm.

Este documento agregaba que aunque estas piezas tenían más de 10 años de servicio, estaban en buenas condiciones, porque solo habían efectuado el 5% de los disparos establecidos como estándar de vida. Solo el 2% de cañones y obuses presentaba un marcado desgaste y fatiga, agregaba.

Precisamente, en 2016, se anunció la inversión reciente más significativa en artillería de 45,3 millones de dólares para la adquisición de obuses para el Ejército de México. Aunque no se ha podido confirmar si efectivamente dicha adquisición se concretó el siguiente año, como se estipulaba en el Programa y Proyecto de Inversión (PPI), por lo que se desconoce la cantidad, finalmente, adquirida, marca y otros detalles concernientes a los sistemas de artillería conseguidos.

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